Día 2, diario de abordo:
10:15h Ese sonido podría ser peligroso, de hecho, creo que
lo es. Estoy empezando a pensar que los síntomas de estos últimos días de
insomnio, hiperactividad y distraibilidad total se pueden deber a efectos
secundarios del pitido de mi maldito despertador. Lo apago.
11:00h No sé cuando tiempo lleva sonando pero el caso es que
no debo apagarlo bien cada vez que lo hago.
11:30h Has quedado en una hora. Cris, levántate. La parte de
madrugar para estudiar mejor la dejamos para mañana. Ah no, que esta noche
sales.
14:00h Llego a casa después de más de una hora divagando
sobre bobadas-que-no-van-a-ninguna-parte con unas amigas. Me conecto y me dicen
que si quedo para la cabalgata. ¿Por qué no? Por supuesto.
16:00h Cojo un tema de Psicopatología Infantil por coger
algo. Lo miro. Me mira. Lo miro. Me devuelve la mirada. Creo que no nos caemos
bien. Pero se deja subrayar.
18:00h Me dispongo a coger el bus. Qué bonito es olvidar que
estás en época de exámenes. “Soñar es gratis”. “A quién madruga, Dios no
existe” y otras excusas para olvidarme de que las agujas del reloj sí avanzan
mientras que el montón de mis apuntes no. Lo más curioso es que aunque no
estudio los síntomas los sufro igualmente.
19:00h No encontramos a la gente con la que habíamos quedado. Un bus se para y el conductor nos dice -así porque sí- que nos subamos que es gratis. Nos bajamos en una parada al azar y acabamos montando en unas colchonetas para niños (o intentándolo, no es tan fácil xD).
21:00h Me dispongo a ir hasta San Justo City. Música de
melodrama suena de fondo. Me espera una larga noche. MAÑANA ESTUDIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario